En serio desde abril he escrito dos post? En serio? Además de caérseme la cara de vergüenza, estoy perpleja de la velocidad a la que corre el tiempo. Cómo ha pasado más de un mes sin enterarme? Dónde se ha ido? Lo habéis visto? Y yo dónde estaba? Cierto, un día sigue a otro y a ese le sigue otro y así cada vez pero de alguna manera esos días se entremezclan en la existencia y la memoria y cuando te das cuenta no sabes ni si has vivido. Como cuando conduces siempre por la misma ruta y llegas a abstraerte tanto que vas de un punto a otro sin recordar el camino, casi dormido, casi con el piloto automático.
Tengo muchos propósitos para este septiembre, pero el más importante es hacer que cada día cuente, que algo marque la diferencia. Parece fácil, pero es muy muy difícil. Porque hay que hacer un gran esfuerzo para no dejarnos llevar por la inercia, para movernos con algún motivo más allá de la rutina diaria. Y sin embargo ya estamos a día dos. Ya se me ha ido el uno. Ya ha volado el 31 de agosto, en el que debía estar preparando ese gran septiembre. Porque no hay un gran septiembre, todo es un continuo que se enlaza sin dejar pausa en el medio. Hoy he caminado bastante, he ido más allá, cuando ya estaba cansada y quería parar, he seguido. Un día no significa nada, salvo que sea el primer día. El primero de otros muchos, el que ha marcado la diferencia. Será hoy? Eso lo dirá el tiempo.
No puedo decir el 2 de septiembre que será un gran septiembre. Eso lo sabré en octubre. El potencial está ahí, tengo muchos días llenos de muchas horas que se pueden usar o dejar ir. De mí también depende darles un destino.
Y vosotros? Habéis hecho propósitos este mes?