Sí, esto viene a cuento de la entrada de la semana anterior. Me sobrevino un deseo irresistible de recordar los sabores de la cocina griega. Durante mi viaje me compré un libro de cocina, como suelo hacer siempre que puedo para probar a cocinar nuevos platos a mi regreso. Estas albóndigas son una de las recetas que siempre repito. Tengo fascinación por las albóndigas. Seguramente veréis varias recetas a lo largo de la vida de este blog. Así que si sumamos a lo que ya es de por sí esa pequeña bolita de carne picada los sabores de Grecia, tenemos algo irresistible.
Que me perdonen los griegos si he introducido modificaciones, por ejemplo los copos de avena. Me parecen un sustitutivo increíble para el tradicional pan. Al absorber los líquidos durante la cocción quedan gelatinosos y hacen que las albóndigas queden muy jugosas. También añadí especias que compré en la semana griega del Lidl, concretamente bifteki, souvlaki y gyros. Pero podéis encontrar en otros comercios mezclas de especias de estilo griego o buscar recetas de mezclas por la red. Los griegos usan bastantes especias en su comida y eso se nota para bien.
Ingredientes:
- 1 kilo de carne de ternera picada.
- 80 gramos de copos de avena integrales.
- 1 huevo.
- Leche desnatada.
- 1 lata grande de tomate triturado o 400 gramos de tomate rallado.
- 4 dientes de ajo.
- Una hoja de laurel
- Una cebolla.
- Una cucharadita de comino molido.
- Una cucharadita de canela.
- Especias estilo griego al gusto, esto es opcional.
- Medio vaso de vino blanco.
Preparación:
Se ponen a remojar los copos de avena en suficiente leche para que los empape y se dejan para que vayan absorbiendo.
Mientras tanto se mezcla en una fuente la carne picada, la cebolla y 3 dientes de ajo picados finitos, las especias griegas al gusto, yo habré puesto media cucharadita de cada una, media cucharadita de comino en polvo, el vino blanco y el huevo. Se añaden los copos de avena escurriendo el exceso de leche, se añade sal y pimienta al gusto y se amasa todo bien.
Se da forma a las albóndigas, con la particularidad de que las soutzoukakia son alargadas y no redondas. Se pueden freír, pero yo las puse en una bandeja cubierta de papel de horno y las metí a dorar 20 minutos en el horno precalentado a 220º. Me parece mucho más rápido, cómodo y ligero que freírlas.
Para hacer la salsa se fríe en un par de cucharadas de aceite de oliva el último diente de ajo picado hasta que se dore. Se añade el tomate triturado, la hoja de laurel, media cucharadita de comino, la canela, sal y se deja freír todo unos 15 minutos.
Se añaden las albóndigas, teniendo la precaución de hacerlo todo en una olla en la que quepan bien, no como yo, se añade agua hasta que las cubra y se dejan cocer. 20 minutos en olla express o 45 en olla normal.
Y listas para servir. Se pueden acompañar de arroz blanco, como es tradicional o también con bulgur, pasta o cualquier cosa que se os ocurra. No dejéis de hacerlas, porque el toque que les aporta la canela, además de las otras especias es muy rico.
Cocina en rosa 