Si, amigos míos, el invierno es largo y crudo y la luz, el gas o cualquier otro tipo de fuente calefactante están por las nubes. O eso dicen, porque en mi casa no hay calefacción instalada y, aunque se supone que viviendo en Canarias no se necesita, en un edificio casi sin aislamiento térmico acaba quedándose la casa a 17 o 18 grados y hace frío. Bueno, tengo una estufa de aire y otra de aceite, pero resulta que mi casa no tiene puertas y los tres pisos están conectados, así que ese calor simplemente se esfuma.
Deseosa siempre de probar cosas, decidí intentar entrar en calor sin necesidad de calefacción, con los típicos trucos «de toda la vida» y otros más innovadores para saber si funcionan. Os anticipo que no he probado el de la maceta calentada por una vela que rula por ahí. Fianza fianza no me da, pero si vosotros lo probáis contadme los resultados en los comentarios. Por supuesto que no voy a descubrir la pólvora con estos trucos. Seguro que muchos los conocéis de sobra y los ponéis en práctica a diario, pero solo por si acaso.
El primero es la clásica bolsa de agua caliente. La tengo en tres modalidades. La típica, para meter en la cama, un peluchote para calentar los pies en el sofá o en el trabajo si es que trabajas sentado y sin moverte y una minibolsita para las manos. El funcionamiento es muy muy sencillo. Se le mete agua caliente y a correr. Yo utilizo el microondas o un hervidor de agua para calentarla, ya que la caldera la suelo tener a una temperatura no muy elevada y entonces no transmite suficiente calor dentro de la bolsa. Las precauciones que hay que tener son no llenarla a reventar, sacar en la medida de lo posible el aire que quede dentro aplastándola un poco con la boquilla hacia arriba antes de cerrarla y sobre todo NO PONER AGUA HIRVIENDO. Es muy peligroso. La bolsa puede deteriorarse y tener fugas que os causarían graves quemaduras. Así que agua caliente pero que no escalde. Sobre todo es algo a tener en cuenta con la mini bolsita, ya que parece de un material muy frágil y no me ofrece mucha confianza en ese sentido.
Donde comprar dichas bolsas, pues la clásica la podéis encontrar con facilidad en grandes superficies. La peluchote la conseguí en Primark hace unos años, pero la he visto en otras tiendas. Seguro que en internet también se consigue. Y la de mano la compré a través de aliexpress, donde hay varios modelos disponibles.
La pregunta es: ¿funcionan? Pues sí, funcionan que se matan. Conservan el calor varias horas y al utilizarlas principalmente en las extremidades que son las zonas que más calor corporal pierden, contribuyen mucho a mantener el cuerpo entonado. También las podéis «abrazar» pero vigilad que no estén muy calientes. La de manos es muy agradable de usar si estáis al ordenador y se os quedan las manos cuajadas porque así las vais calentando cada poco.
Otra opción más moderna son los guantes sin dedos. Tengo dos clases de ellos: los que son un guante abierto sin más, de variados diseños que van del cuqui al sobrio y otros que son calefactables a través de USB. Guau!!! Siglo XXI amigos míos. Los normales tienen un mecanismo digamos poco sofisticado. Te los pones y no hay más. Los otros tienen más enjundia y tienen en el interior una placa que se calienta al recibir la electricidad del cable. Podéis enchufar uno solo o los dos y poner la placa en el dorso de la mano o también en la palma, si no tenéis que agarrar cosas. Al cabo de un par de minutos ya sentiréis el calor y llegan a calentar bastante. No sé si hasta el punto de quemar, porque los desconecté antes, pero sí que la plaquita da bastante calor. Así que como precaución se me ocurre desconectarlos un rato cuando el calor sea intenso, de ninguna manera quedarse dormidos con ellos puestos y enchufados y además yo no los utilizaría en niños.
¿Funcionan? Bueno, los normales a mí no me sirven, se me congelan los dedos igual. A lo mejor un poco menos pero no para matarse, vamos. Supongo que será mejor que nada pero no mucho mejor. Los eléctricos es innegable que dan calor, pero a mí por lo menos no me ha dado la sensación de que calienten las puntas de los dedos. Tengo pendiente probarlos en la calle en un día realmente frío a ver si ayudan. Los tengo en barbecho y más por el precio que tienen, que no es nada elevado. Yo los compré por unos pocos euros en aliexpress o ebay, aunque en amazón también los tienen.
El tercer truco es la mantita. Suave y cálida mantita. Confortable, socorrida, multiusos y acogedora mantita. Para mí es un imprescindible. Hoy en día las tenemos de una infinita variedad de materiales, desde la lana natural hasta el peluche sintético, pasando por la archiconocida batamanta, muy cómoda para estar en el sofá al ordenador o cualquier otra actividad que requiera el uso de manos o la mantita cola de sirena, muy de moda últimamente. Yo personalmente prefiero las que son de material sintético pero de pelito, tipo polar. Super suaves, muy calentitas, muy cómodas, lavables. Cara a la primavera ya las utilizo de punto, que son menos calurosas pero igualmente acogedoras. Las polares las he comprado en Primark. Son económicas y muy prácticas. Precauciones ninguna, a no ser que se te queden los pies fuera y se te congelen o que te quedes tan a gusto que no te quieras mover más del sofá. It’s a trap!!!
¿Funcionan? Pero cómo no van a funcionar? Hasta la batamanta funciona. Es un must. No sin mi mantita. Y ya en combinación con la bolsa caliente, oh sí, no querrás dejarlas nunca, baby.
Cuarto truco: otros elementos almacenadores de calor. Aquí hay variopintos, desde las bolsas de semillas, chalecos de barro, mantas eléctricas, bolsas de gel, calentadores eléctricos que acumulan el calor… bueno, de todo hay. Yo he probado algunos y con desiguales resultados. Las bolsas de arroz o semillas, barro o gel, no me han dado muy buen resultado en cuanto a acumular calor, noto que se enfrían con bastante rapidez y es desagradable quedarse a medias cuando te estás calentando. Es verdad que la bolsa de arroz me la hice casera, igual las comerciales de semillas sean más potentes. Que ni fu ni fa, vamos. También he probado una almohada eléctrica del Lidl y, al menos mi modelo, calienta muy poco, apenitas. Si la metes en la cama pues acaba calentándote los pies, pero le cuesta. Lo bueno es que los puedes enroscar en ella y así calientan antes.
¿Funcionan? Unos más que otros. Recomiendo si acaso el acumulador eléctrico, una buena manta con sus mecanismos de seguridad en orden y ya. Justo lo que yo no tengo, ay.
Y el quinto truco para tener calor en casa sin poner la calefacción es… abrigarse. Ya tu sabes, calcetines de borreguito, zapatillas de bota, pijamas de felpa, sudaderas fluffy, batas polares, monos enterizos y hasta gorros. Todo vale con tal de conservar el calor corporal. Hoy en día hay mucha mucha variedad de prendas para estar en casa que son al tiempo cómodas, bonitas y abrigadas. Además si las compras en rebajas o en tiendas «low cost» también son económicas. Por ejemplo yo personalmente procuro que las zapatillas tengan suela de goma, porque las que son tipo calcetín o con suela de tela transmiten todo el frío y eso que mi casa es de tarima y no de baldosa. La clave es aislar el cuerpo del exterior.
¿Funciona? Funciona muy bien y además es genial estar en casa con ropa cómoda pero amorosa y a mí que soy tan ñoña además me parece muy cuqui.
Así que ya sabéis, con estos trucos y una buena bebida caliente, el invierno debería pasar por vosotros como si tal cosa. Vale, igual no tanto y además tenemos los puntos flacos de la hora de levantarse, vestirse, ducharse que te pueden dejar cubito. Pero para esos momentos, si nos lo podemos permitir, están los pequeños radiadores o estufas.
Y nada más. Espero que este post os sirva para pasar un mejor invierno sin que las eléctricas o las empresas de gas se froten las manos a nuestra costa, que bastante nos exprimen ya y ahorrar gracias a ellos y de paso ser más ecológicos, que nunca está de más. Espero vuestros comentarios 🙂
Muy buenos trucos para estar calentito y ahorrar energía!! Besos.
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Muchas gracias, Julia 🙂
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