Uno de mis platos favoritos de la cocina japonesa son las gyoza, una especie de empanadillas rellenas de carne y vegetales. Es una receta muy fácil de hacer, aunque se tarda un poquito, pero merece la pena.
Ingredientes:
- Un paquete de obleas para gyoza.
- 1/3 de col de tamaño medio picada.
- 350 gramos de carne de cerdo picada.
- Dos tallos de cebolleta picados (la parte verde).
- Dos dientes de ajo rallados.
- El mismo volumen de jengibre que de ajo, también rallado.
- Una cucharada de sake.
- Una cucharada de aceite de sésamo
- Dos cucharadas de salsa de soja
- Sal, pimienta y una cucharada de maizena.
Preparación:
Lo primero que haremos será mezclar todos los ingredientes bien. Una vez que los tengamos mezclados, cogemos las obleas que tienen que estar descongeladas si las hemos comprado congeladas. Se consiguen fácilmente en cualquier tienda asiática, ya que sirven las obleas para dimsum. Se pueden hacer caseras también, pero la verdad es que la receta ya me lleva bastante tiempo comprándolas hechas.
A continuación empezamos a rellenar cada oblea con una cucharadita de masa. Luego la doblamos por la mitad y la cerramos bien. Hay muchas formas de cerrar las gyoza. De todas las que he probado, la que mejor resultado me da es hacer una especie de abanico desde el medio a los extremos, pero si no os amañais o no os apetece, cerrándolas como una simple empanadilla también salen buenas. A mí me gusta hacerle esos pliegues porque me da la sensación de que la masa se compacta mejor alrededor del relleno al cocinarlas. Os dejo unas fotos donde podéis ver el proceso y también un vídeo.
Una vez que las tengáis todas hechas hay que cocinarlas. Las gyoza se pueden cocinar también de muchas formas, desde totalmente al vapor, hasta fritas o hervidas. A mí me gustan con una cocción mixta, primero doradas a la plancha y luego cocidas al vapor, de la forma que os voy a explicar.
Lo primero es poner todas las gyoza en una sartén con muy poco aceite. Yo he mezclado aceite de sésamo y de oliva. Una vez que estén dispuestas dentro, se ponen a dorar a fuego alegre hasta que se les forme una costra bien dorada. En ese momento se añade un vaso de agua y se tapan, dejándolas cocer a fuego medio durante 10 minutos. Pasado ese tiempo se destapa la sartén y se sube el fuego un poco más para evaporar totalmente el agua que pueda quedar. Habréis visto que han aumentado de tamaño y se ven brillantes y un poco gelatinosas. Pues listas para servir.
Las gyoza se acompañan tradicionalmente con salsa de soja a la que se le añaden unas gotas de aceite de sésamo picante. Podéis ver el bote en la foto que encabeza la receta. Si no queréis comprarlo, podéis usar aceite de sésamo normal o simplemente salsa de soja sin más. Buen provecho!!
Y ahora un detalle. Como veis las gyoza que os muestro esta vez no han quedado tan compactas y bien acabadas como las de la primera foto. Esto es porque las hice varias horas antes de freirlas y las dejé guardadas en la nevera. Esto hizo que se «sobrehidratara» la masa y creciese demasiado al cocerla posteriormente. Entonces lo ideal es rellenarlas en el momento en que las vayamos a comer. Sin embargo si no andamos muy bien de tiempo, prepararlas con antelación es una opción. No quedan tan ricas pero tampoco estan mal del todo. Así que a cocinar gyoza!
¡Siempre me han encantado las gyozas! Pensaba que era más complicado hacerlas pero veo que no es tan difícil, quizás me anime.
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