Aunque soy la típica persona que no le entra nada al desayuno (salvo que esté de viaje, que me como a dior por una pata), algunas horitas después de levantarme ya me entra el gusanillo. Cuando madrugo tengo tiempo de comer a media mañana y aprovecho para hacerme un batido, unas tortitas, un pincho…
Tenía calabaza asada de esta semana esperando hacerme con ella unas tortitas, pero pensé que tenía la gofrera sin estrenar y decidí hacer el experimento. Así que cogí mi masa de tortitas y la metí dentro. Y este es el resultado:
No podéis imaginar lo buenísimos que han quedado. Y se hacen en un momento. Les puse un poco de sirope de ágave por encima, que combina muy bien con el sabor de las especias.
Los ingredientes que utilicé son los siguientes:
- Media taza de copos de avena.
- Dos cucharadas de calabaza asada, bien escurrida para que pierda el agua.
- Un huevo y una clara.
- Dos cucharadas de requesón. Debería haber sido yogur, pero no tenía. Quedaron excelentes igualmente.
- 4 cucharadas de leche. Yo puse un chorrito a ojo, soy muy vaga con las medidas.
- Una pizca de sal.
- Una cucharada de edulcorante líquido, el que queráis o azúcar al gusto.
- Una cucharilla de especias en polvo. Yo utilicé una mezcla que tengo para pastel de calabaza, que lleva canela, jengibre, nuez moscada y clavo.
- Una cucharilla de café rasa de levadura.
Las indicaciones son muy sencillas. Primero coloqué los copos de avena en la batidora para hacerlos harina, lo más fina posible. A continuación se añaden los demás ingredientes y se bate bien todo hasta que la mezcla se integre por completo. Se engrasa un poco la gofrera y se vierte la mezcla dentro al gusto. Yo puse solo dos cucharadas por gofre porque los quería pequeños.
Se cierra la gofrera y se dejan cocinar unos minutos, dependiendo del tamaño. No pasa nada por abrirla al cabo de 2 o 3 minutos y así vais comprobando si están bien hechos y doraditos.
Pues ya tenéis un desayuno o una merienda estupendos. Como podéis ver en esta foto quedan muy tiernos, esponjosos y jugosos. No vais a dejar ni el plato!
Pues no tenéis ninguna excusa. «Es que no tengo gofrera». No pasa nada. Se pueden perfectamente hacer como tortitas en una sartén o plancha. Pero no me negareis que como gofres son muy divertidos. Y además en los huequitos se queda retenido el sirope y… mmmmmmmm.